Venías hacia mi con tu andar pausado, y tu expresión congelada.
Ya aprendiste. Yo siempre llego 3 minutos antes, así que ahora te me adelantás por 7. Te cité 13:15 y apostamos el almuerzo. Tu insististe: el que gana paga. Segurísimo de que iba a perder. Y claro... yo, encantada.
Así que tu estudiabas la carta, y yo miraba las paredes. Marilyn y Chaplin a grandes y multicolores brochazos, y más cuadros todavía, y un patio interior con cuadros y plantas... me encantó el lugar. Te miro y no pienso en nada. Te sigo nomás.
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