Campo de batalla, tu nombre y la luna llena.
Las almas de todos los sabios se amotinan
y en un rayo sin luz convergen en el alma mía
susurrando códices densos, sensaciones mixtas.
Eres la hora más bella, la que todos aman
luego, en el alma, la oscuridad opresiva
un tesoro que a tientas encuentras
retintinea, cual mil cascabeles de plata
urgiéndote a salir del silencio
en pleno ascenso
te encontraré, poeta
y me encontrarás
en una atestada avenida.
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