martes, 24 de mayo de 2011

EN EL PRINCIPIO ERA EL SEXO

La sustancia básica de la vida, la esencia de la individualidad, es el sexo.  En el principio de la vida está el sexo, y en él se dan la mano la vida y la muerte, potenciando heterogénesis.  El sexo creó la racionalidad, pero lucharán a muerte.   Encontrarán sus soluciones de compromiso, serán fuego de cambio, o amarga y estéril resignación.


El sexo concibe, condiciona, consume, crea.  Devasta, obsesiona, es la vida.  La medida de las noches y los días.  Mojón de la memoria, y trinchador del olvido.


Párpados, manos, labios, labios, piel, saliva, pene y vagina, texturas y aromas, ritmo de reconocimiento mutuo, amor.


Vivimos por y para el sexo.  Todo lo demás es puro cuento.

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