Comienzas a llegar en mil formas flores fragmentos estallando en la serena faz de cierta forma de estar viviendo fingiendo soñando una cierta verdad, ni tan relativa, ni tan insignificante, ni tan abyecta... más bien conectada en múltiples direcciones, pero principalmente en una: estar bien. Estar bien. Estoy bien. Soy feliz. Aquí como estoy: sola, al lado del fuego y mirándote detrás de mis párpados, bebiendo de ti entrando en un suspiro, tragándote, empujándote a mi corazón que bombea tu luz por todos mis nervios. Cierro los ojos, y me siento incandescente, vibrándote, yo siento y yo sé que vibrándonos. Estás aquí, más adentro cuanto más lejos, igual que siempre. No hubo desencanto, no hubo adios. Nunca al final es para siempre.
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