Se es para uno mismo, se existe para los demás. La mesa existe, porque yo la miro. Pero me informa mi hijo que cuando yo miro para otra parte, la mesa sigue ahí. La mesa es. No le importa nada si yo opino que existe o no. Lo cierto que hoy me preguntaste como era mi casa, como eran mis muebles, y el primero que asaltó mi mente, fue la mesa esa que me avergüenza; de cuya existencia dudo, porque abajo de todo lo que tiene encima no se puede ver. Y yo me pregunto si existo cuando tu no estás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario