Hace falta sudor decías, porque le da un gustito. Pero que linda la super batidora eléctrica! Amasar el pan puede considerarse el proceso de concatenación de aminoácidos que van formando una extensa y elástica red de gluten, la cual alcanza su punto óptimo cuando la humedad de la masa no supera el 68%; y cuyo proceso de cocción se ha de realizar a una temperatura estable de entre 190-250º, según el tamaño del horno y de la hogaza.
O amasar puede ser simplemente amasar. Jugar a moldear materia viva hasta obtener una bola firme y elástica, que al hundirle el dedo, rápidamente retoma su forma original. Alegría del efecto rebote de las cosas de la vida.
Se precisa ganas de hacerlo.
Vale la pena el resultado.
Amasar es también un deporte, se puede hacer golpeando la bola de masa contra la mesada con energía, rabiosa y liberada. Amasar es así una declaración, hecha a gritos. Amasaría así el amateur, y su hinchada.
Y un día el ardor amateur se convierte en disciplina y en ciencia, procedimiento y rutina. Aparecen las mediciones, el rigor y la culpa, perfeccionismo y rigidez. Y por ahí también, la idea de comprar una gran batidora eléctrica.
Hasta que el próximo día de fiesta, amasar te hace feliz, te acalora, y te libera.
¡Que rico es el pan de Juan!